La restauración del Puente de Piedra en Bustarviejo, y los trabajos de acondicionamiento ambiental de su entorno, han sido promovidos por el Área de Restauración y Conservación de la Comunidad de Madrid, dentro del Plan de Puentes.
La regeneración ambiental y paisajística, tenía como objetivo recuperar el cauce fluvial próximo al puente, que tras décadas de abandono acumulaba gran cantidad de sedimentos en su base. Al hilo de esta operación, se decidió crear un espacio de estancia y descanso que sirviera de hito en un entorno natural surcado de sendas de gran interés ambiental y paisajístico, y que ayudara a establecer una relación más estrecha entre el monumento y el cauce del arroyo,
La solución planteada: introducir en el sitio una serie de elementos que, en su rotundidez, en su rudeza, pudieran integrarse como piezas de una obra de “land-art”, y que por su simplicidad y rapidez de montaje permitieran reducir costes al mínimo.
Constructivamente todos los elementos responden a un mismo sistema muy simple realizado casi exclusivamente con eco-traviesas de madera. Por economía de medios, y de tiempo, las variantes posibles del sistema se basan en las distintas posiciones de las propias piezas, colocadas unas veces de canto y otras de costado; apiladas o contrapeadas.
Ese material rudo, desnudo, de las eco-traviesas, era una de las imágenes intuitivamente buscadas, sin embargo posteriormente comprendimos que en realidad se trataba de un trabajo incompleto: le tocaba ahora a la proia naturaleza continuar el trabajo, deslavar la madera, retorcerla, astillarla, incrustarla de líquenes y sacar todos los matices posibles de una obra en constante evolución.












